Son las motivaciones
del alma mía,
Que perduran
haciéndome perder en la agonía.
Escuchando esas
palabras que pronuncias,
Con efluvio disfruto
la sinfonía de tu voz,
Esas palabras que con
entonación emiten tus labios.
Tu voz me transfiere
conocimiento y sabiduría,
Y aun, sin tu saberlo
me perturbas en la locura,
Al admirar la
elegancia que en ti llevas impregna.
Mi corazón, vuelca al
conocer detalles hermosos en ti,
Como tu simpatía que
me hechizo desde el primer día,
Y así, esa bella
sonrisa, que me cautivo y me enamoro.
Desde entonces, te has
convertido en mi amor secreto,
Un amor imposible que
jamás podría alcanzar,
Pero en mi necedad no
te dejo de pensar.
En mis mañanas, eres el
rostro que ansió ver,
En mis tardes, eres el fantasma
de mi atardecer,
En mis noches, eres el
sueño que me complace tener.
Quisiera tus ojos
robar
Y un beso de ti,
disfrutar,
Y poder confesarte lo
que por ti siento.
En ocasiones he estado
en los peores momentos,
De intentar insinuarlo
pero así mismo reacciono,
Y medito en lo que mi
arrebatado corazón me quiere jugar.
No puedo evitarlo, a
veces quisiera gritarlo,
Al sentir mi corazón
palpitar sin medida,
Cuando tú, te acercas
mi vida.
Y es que, el corazón
deambula como vagabundo,
Esperando, siquiera una
mirada de tus ojos,
Esa que, no creo, se
pueda posar en mi rostro.
Estas palabras que no
puedo pronunciar,
Y así enmudecer mis
labios haciéndolos callar,
¿Cuanto tiempo tendré
que cargar con este silencio?
Y guardar este secreto
que me atormenta sin derecho,
¿Y es que acaso moriré
llevando conmigo tal tormento?
¿Sera que mi lapida,
se pronunciara expresando mi sentir por ti?
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